Las acciones de individuos -no tenemos palabras para nombrarlos- irresponsables, desalmados, insensibles,... a los que resulta muy fácil abandonar en el campus a seres totalmente indefensos y frágiles, desamparados: cachorros de pocos días que no pueden valerse por sí mismos, expuestos al peor de los finales, a la peor de las torturas -el abandono-,... . Estos energúmenos ponen en peligro a la colonia entera, colonia que se ha tardado años, que ha costado mucho esfuerzo y recursos en controlar, en conseguir que no aumente su población, que estén debidamente alimentados y tratados, sanos,..., que muchos de ellos estén hoy felizmente adoptados,... Porque todo tiene un límite y nosotros hemos llegado a él.
A partir de ahora, ante cualquier animal que se abandone en el campus, se llamará a la perrera para que sea recogido y trasladado a ella; su suerte, desde luego, será responsabilidad -no decimos que recaerá sobre su conciencia, pues no debe tener- de aquel depravado que lo haya abandonado. Nosotros ya no nos podemos hacer responsables.
No descartamos interponer la correspondiente denuncia ante algo que está tipificado en las leyes (Ley 4/1994 de 8 de julio de la Generalitat Valenciana) como delito: el abandono animal.
A partir de ahora, ante cualquier animal que se abandone en el campus, se llamará a la perrera para que sea recogido y trasladado a ella; su suerte, desde luego, será responsabilidad -no decimos que recaerá sobre su conciencia, pues no debe tener- de aquel depravado que lo haya abandonado. Nosotros ya no nos podemos hacer responsables.
No descartamos interponer la correspondiente denuncia ante algo que está tipificado en las leyes (Ley 4/1994 de 8 de julio de la Generalitat Valenciana) como delito: el abandono animal.
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